martes, 25 de mayo de 2010

El Gregorio de Kafka y el de Arriaga

Camino de Lima, hace tiempo, me encontré con un libro titulado "El búfalo de la noche". Con agradable sorpresa pude pasar el viaje interminable (aunque los autobuses de América sean mucho mejores que los de Europa) totalmente perdido en la historia. Como pasa pocas veces, me quedarán grabadas para siempre las acciones de Gregorio, el personaje principal, así como las expresiones que utiliza Guillermo Arriaga, más conocido (por lo menos a este lado del Atlántico) por sus guiones (los de Iñarritu, para entendernos, Amores perros, 21 gramos y Babel) que por sus cuentos y novelas.

Gregorio ya no es, dentro de mí, ese anti héroe muy decadente que Kafka dibujó. Se ha vuelto un verdadero héroe postmoderno, Jungeriano, capaz de la huída al bosque para jugar desde allí su lucha. Y ganar. Cómo el Oscar Firmián de Enrico Brizzi, pero al mismo tiempo diferentemente que él, Gregorio hace de su vida una cuestión de estilo. Elige el suyo y con extremada voluntad de potencia lo proyecta alrededor. Demostrándonos como ganar la muerte, como poner los valores por encima de todo, y como hacer que cada cual se juzgue a sí mismo.

Las pocas veces que escribo cuentos, algo dentro de mí se mueve en esa dirección. Los míos son personajes anónimos, pero el movimiento es el mismo: escaparse a la tierra salvaje, ese lugar primordial de la existencia, desde donde un día regresarán como leones. Hacer que hablen ellos solos, que queden los diálogos como fueran de cualquiera, nuestros, en fin, esas palabras que las lees y las repites; o bien que las dices, o escuchas, y las repites, esa repetición, ese todo, ese demás.

Gregorio, el nuevo Gregorio, atraviesa mis sueños. Será que se acerca el día, que busco México o por lo menos América en cada actividad respiratoria. Pero sé que el búfalo de la noche va a correr con migo un buen rato de esta carretera.


Por cierto, hace poco me dijeron que un buen psicólogo me desmontaría rápido. Y claro, ¿que voy a contestar además de que no me parece ese exactamente su trabajo? Sobre todo, reflexiono, así que funcionen o no; pero yo, ¿para que voy a querer uno?

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